02 Nov ¿Qué es un ERTE? ¿Cómo afecta a las empresas y a los trabajadores/as?
Hasta las crisis de la Covid-19, pocos habían oído hablar de los ERTE. Ahora, aparece en la actualidad una nueva figura, el ERTE-RED. Pero, ¿qué son los ERTE y ERTE-RED y cómo afectan a las empresas y los/as empleados/as? Desde Grupo Noa’s, como expertos en Recursos Humanos, vamos a intentar responder a estas preguntas.
¿Qué es un ERTE?
Un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, más conocido como ERTE, es una medida de flexibilización laboral que permite a las empresas a reducir o suspender los contratos de trabajo de su plantilla por un tiempo acotado. Es una medida para aliviar temporalmente la presión económica de una empresa pero, al finalizar la compañía está obligada a recuperar las condiciones contractuales previas de los empleados/as afectados y mantener sus puestos de trabajo.
¿Qué diferencia hay entre un ERTE y un ERTE-RED?
La legislación laboral española prevé dos tipos de ERTE según el motivo que cause la regulación del empleo. Actualmente, se regulan por el Real Decreto Ley 32/2021, de 30 de diciembre de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo. Modificación del Estatuto de los Trabajadores. Nueva redacción del art. 47 ETOP y FM
Por un lado, estarían los ERTE causados por un acontecimiento de fuerza mayor, es decir, un condicionante gravísimo que afecte a un volumen grande de población o empresas (como fue el caso de la Covid).
Por otro lado, la autoridad laboral podría estar motivado por causas técnicas, organizativas o de producción. En este caso, el Gobierno podría autorizar la implantación de sistemas ERTE incluso acotando a un sector productivo. Es lo que se conoce como mecanismo RED. En definitiva, RED es un Instrumento de Flexibilidad y Estabilización del Empleo definido en el mismo Real Decreto Ley anteriormente citado.
En todo caso, en ambas situaciones, la temporalidad de la medida es un factor determinante y la afectación al empleo no puede extenderse más allá del período aprobado.
¿Qué significa estar en un ERTE?
Los ERTEs se materializan en la modificación de los contratos de los trabajadores/as. Esta modificación puede ser parcial (afectando entre un 10 y un 70% de la jornada laboral) o puede suponer el suspenso total del contrato. En todo caso, las características del ERTE dependen de lo estipulado en el Real Decreto del Gobierno en caso de fuerza mayor o en la decisión del Consejo de Ministros en caso del ERTE-RED.
Cuando un empleado/a se ve afectado por un ERTE, pasa a estar en situación de desempleo y debe inscribirse en los Servicios Públicos de Empleo Autonómicos (SEPE) correspondientes. A partir de ese momento cobrará una prestación equivalente al 70% de la base reguladora de su sueldo durante los seis primeros meses de vigencia del ERTE y del 50% a partir del séptimo mes.
Hay que tener en cuenta que, si el procedimiento se ha activado por causas de fuerza mayor, el trabajador/a no “consumirá” su propio paro durante el periodo en que se vea afectado por el ERTE.
El pago de estas prestaciones corre a cargo de la Seguridad Social. Pero, si el ERTE solo supone la reducción de la jornada, la empresa seguirá abonando con normalidad la parte proporcional del salario del trabajador que corresponda con su nueva jornada. Al resto del sueldo que se deja de percibir, se le aplicarán los criterios antes detallados y de su pago se hará cargo la Seguridad Social.
En Grupo Noa’s además, entendemos la preocupación de los empleado/as en una situación tan delicada y aconsejamos a las empresas impulsar procesos de outplacement si consideran que en el futuro la situación va a ser irreversible, con el objetivo de preservar el talento de las personas.
Ventajas de un ERTE
Para el trabajador/a…
Un ERTE supone que el puesto de trabajo está asegurado, ya que, si al acabar el periodo del mecanismo regulador, la empresa extingue el puesto de trabajo debe devolver toda la cantidad repercutida al empleado/a por la Seguridad Social y enfrentarse al pago de las indemnizaciones pertinentes.
Durante el tiempo que el empleado/a está en el ERTE se sigue cobrando y no se le perjudica en una futura solicitud de la prestación por desempleo.
¡Ojo! Salvo que se trate de un ERTE por fuerza mayor, para percibir prestación contributiva, el empleado/a debe haber trabajado y cotizado al desempleo al menos 360 días, dentro de los seis años anteriores a la situación legal de desempleo y no haber utilizado dichas cotizaciones para una prestación anterior. Si ha cotizado un periodo inferior a 360 días, podrá percibir el subsidio por desempleo si, además de cumplir el resto de requisitos exigidos, no tiene rentas superiores al 75 % del salario mínimo interprofesional vigente, sin tener en cuenta la parte proporcional de dos pagas extraordinarias.
Para la empresa…
Con un ERTE, la empresa reduce sus costes laborales durante un tiempo y eso debería facilitar que se supere la situación crítica que motivó la aplicación del mecanismo regulador del empleo. De esta forma, la compañía puede retomar su actividad tras superar la crisis y sin haber agotado sus recursos propios.
En todo caso, en todas las variantes de estos sistemas de regulación laboral, el objetivo último siempre es posibilitar la supervivencia de las empresas para garantizar la supervivencia de los puestos de trabajo.