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El feedback a los empleados como cultura de empresa

Cuando trabajamos, a la mayoría de los empleados/as nos gusta que nos digan si lo estamos haciendo bien o en qué fallamos y podemos mejorar. A Esa relación entre el responsable directo del equipo y los empleados/as se le denomina Feedback al Empleado. Y, aunque algunos jefes/as no suelen utilizarlo con demasiada frecuencia, el feedback a los empleados es positivo y debe ser cultura de empresa.

De hecho, este reporte de cómo está funcionando el equipo es una herramienta muy eficaz para mejorar la productividad de tu empresa y también el clima laboral. De hecho, los buenos líderes de equipo se distinguen por el uso de esta fórmula de mantener el equipo cohesionado e informado.

Sin embargo, no todo es tan sencillo. Hay que saber cómo dirigirse a las personas del equipo y cómo saber explicar que algo no funciona y que hay que corregirlo. Una mala comunicación en este feedback puede dar como resultado el efecto contrario al deseado y desmotivar a los trabajadores/as.

Para empezar distinguiremos 3 tipos principales de feedback:

  • El positivo: Cuando debes reconocer el buen trabajo de una persona de tu equipo
  • El negativo: Cuando algo no funciona bien y debes comunicarlo y poner solución.
  • El constructivo: Cuando debes dar indicaciones de cómo mejorar el trabajo o los procedimientos utilizados en un proyecto.

Cada uno de estos tipos tiene su peculiaridad y debes prepararte bien para que puedas obtener el resultado que deseas. Por ejemplo, un feedback positivo mal enfocado, puede llegar a parecer adulación y no se trata de eso, sino de reconocer que las tareas se han hecho correctamente. Un feedback negativo puede llevar a la persona a la que se dirige a pensar que no es útil para el proyecto y, un feedback constructivo mal enfocado, puede dar la percepción de hiperproteccionismo de los empleados/as.

Entonces, ¿Cómo realizar un buen feedback?

Muy fácil, siguiendo estos tres sencillos pasos.

 

1.- Cultura de empresa: El feedback no debe ser algo aislado. Debe entrar a formar parte de la cultura de empresa y un buen líder/esa lo sabe. Por tanto, debe ser habitual que los empleados/as reciban el reporte de cómo está funcionando su trabajo, para bien o para mal. De esta forma, cuando el feedback se convierte en una herramienta del día a día, su finalidad adquiere forma constructiva para todo el equipo.

Además, esto implica que, con el tiempo, se establezcan parámetros para evaluar cómo están siendo los resultados, se conozca al equipo y cómo asume las críticas o las alabanzas y se marquen fórmulas de reconocimiento en cada caso.

 

2.- Estrategia de comunicación: Para realizar un feedback, has de pensar qué quieres contar y evaluar las consecuencias del mensaje para anticipar posibles efectos adversos. Así para poder hacerlo de una forma correcta, antes de lanzarte a comunicarlos a los empleados/as debes asegurarte de conocer a fondo el asunto a tratar y todas sus circunstancias, valorar el carácter de la o las personas a las que va dirigido (cada persona asume las cuestiones de manera diferente y un buen líder debe conocer a sus empleados/as).

Además, piensa en la forma en la que vas a expresarlo. Hazlo de manera directa, sin dar rodeos que puedan llevar a pensar en otras cosas que no corresponden a lo que quieres decir. Comienza siempre por lo positivo y, poco a poco, introduce las claves negativas a corregir. Finalmente, no dejes un feedback sin aspectos constructivos. No es criticar por criticar, en una empresa, lo importante es poner solución. Por lo tanto, hay que establecer cómo superar el bache negativo y marcar los consejos para mejorar.

 

3.- Escucha activa: Un buen feedback lleva consigo una buena dosis de escucha activa. Es decir, de atender a la persona que tienes delante, de conocer su opinión e incluso su propio análisis. Te sorprenderá la capacidad de autoevaluación y autoexigencia que muchas personas tienen sobre su trabajo. Eso es potencial de equipo. ¡Aprovéchalo!

 

Los importante del feedback a los empleados/as es que siempre tenga vocación de mejorar, porque todo el mundo queremos hacer bien nuestra tarea y, dicho con buenas palabras, somos capaces de asumir una crítica si es siempre con voluntad de hacerlo mejor.